eeeEn toda actividad humana  —sea artística, deportiva o académica— existen individuos que se destacan por sobre los demás. Algunos alcanzan tal nivel de excelencia y sus aportes son tan significativos, que se vuelven símbolos dentro de su campo. Otras veces en cambio, ocurre que algunos personajes son glorificados por los medios, la crítica y/o el público, a pesar de sus cuestionables méritos. El carisma ayuda mucho, una buena campaña de marketing también y a veces incluso basta con estar en el momento y lugar apropiado. Este fenómeno no es para nada desconocido y es especialmente evidente en la industria del espectáculo, dónde con frecuencia vemos celebridades que gozan de una reputación que muchas veces no va tan acorde con sus talentos.

¿Pero es tan evidente este fenómeno en áreas como la ciencia? Muchos científicos también son figuras públicas, sus actividades laborales son del dominio de la comunidad y tienen un alto grado de atención por parte del público y los medios (incluso algunos se han convertido en memes) ¿Es posible que este fenómeno se dé también entre los divulgadores científicos? Es decir, ¿Que existan personajes cuyos méritos académicos estén muy por debajo respecto a su reputación?

Pues bien, dicen que el verdadero escepticismo parte criticando las cosas que nos gustan. En mi caso hay muchas cosas que despiertan mi interés y una de ellas es precisamente la ciencia. Así que en esta ocasión me he propuesto ser especialmente crítico con algunos de sus exponentes más populares en la actualidad. ¿Por qué? Porque, en primer lugar, una parte fundamental en el ejercicio del razonamiento es saber distinguir los hechos, de lo que dice la publicidad. Y en segundo lugar, porque en la ciencia no hay vacas sagradas o figuras incuestionables. Todo puede ser analizado bajo la luz de la razón y la evidencia, incluso los propios científicos

¿Como evaluar el aporte de un científico?

Existe varias maneras de medir la contribución de un investigador a la ciencia. Una de ellas es la frecuencia con que sus publicaciones son citadas por sus pares. Esto se conoce como el indice H. El H-index es un sistema propuesto por el físico Jorge Hirsch para la evaluación cualitativa de investigadores en el área de la física. Sin embargo se extendió rápidamente a las demás disciplinas. Hoy es uno de los métodos más usados para evaluar el impacto de los investigadores de forma individual. Muchos autores lo consideran la forma más segura de medir la calidad científica del investigador y también una buena herramienta de evaluación de la regularidad de la producción y previsión del desempeño científico futuro, pues combina productividad con impacto.

En su artículo original Hirsch explica: «Un científico tiene índice h si el h de sus Np trabajos recibe al menos h citas cada uno, y los otros (Np – h) trabajos tienen como máximo h citas cada uno» 



Para hacerlo más simple, si un científico tiene N trabajos que han sido citados N o más veces, luego tiene un índice h de acuerdo a N.

Hirsch sugiere que, para los físicos, un índice h de alrededor de 10 a 12 puede ser suficiente para recibir un puesto de investigación en alguna importante universidad en los EE.UU. Un valor de 18 podría ser apropiado para la promoción a catedrático. 15 a 20 podría significar ser elegido miembro de la Sociedad Americana de Física. Una postulación a la Academia Nacional de Ciencias podría requerir un índice h mayor que 45. Además señala que los biólogos tienden a tener mayores indices h que los físicos. Específicamente, se encontró que entre 36 nuevos reclutas en la Academia Nacional de Ciencias en ciencias biológicas y biomédicas en 2005, el índice h promedio fue de 57.

Si te entró la curiosidad y quieres conocer el indice H de un científico, tienes varias alternativas. La más práctica es a través del ISI Web of Knowledge. Su base de datos calcula automáticamente el indice H de cualquier investigador. Otra opción es Publish or Perish, un programa que recoge datos de Google Academic, disponible en harzing.com. También existen extensiones para Google Chrome y Firefox que cumplen la misma tarea. Otra alternativa es calcularlo manualmente, ordenando las publicaciones por número de citas, aunque es un trabajo mucho más engorroso. Hay que tener en cuenta también que el indice H puede variar dependiendo el medio que usemos para calcularlo.

Pupularidad v/s calidad

La cultura popular ha creado varios héroes de culto en torno a la ciencia. Se les considera científicos eminentes y figuran como líderes de sus respectivos campos. Eso es al menos lo que se asume ¿Qué dicen los datos al respecto? ¿Cual es su aporte concreto a la ciencia? Echemos un vistazo. He elegido a cuatro de los científicos más célebres del mundo para una análisis breve de su desempeño académico. Ojo, la idea no es desmerecer el trabajo de nadie en absoluto, cualquier aporte al cuerpo de conocimientos científico, por mínimo que sea, es invaluable. El punto es simplemente marcar una línea entre la carrera mediática y la académica, para así apreciar a los científicos por su labor en la investigación y no solo por el halo publicitario que les rodea.

Richard-DawkinsRichard Dawkins: Zoólogo, divulgador científico y popular activista laico. Sus publicaciones «Parental investment, mate desertion and a fallacy» (1976) «Arms races between and within species»  (1979) tuvieron un buen número de citas por parte de sus pares. Introdujo los términos meme y memética, este es quizá uno de sus aportes más significativos a la biología. Su última publicación científica que consta de una investigación original, fue en 1980 «Do digger wasps commit the concorde fallacy?». Todas las demás publicaciones durante los últimos treinta años han sido capítulos de libros, reseñas de libros en revistas científicas, comentarios sobre la investigación de otros, artículos de carácter filosófico y respuestas a los críticos. Según la WOK su indice H es de 17, muy por debajo de otros científicos del área biológica, como Craig Venter (indice H 35) que no gozan de la misma popularidad, al menos mediáticamente. Nos guste o no, es innegable que el dr. Dawkins ha acaparado más atención por su ateísmo militante y rencillas con religiosos que por sus verdaderos méritos académicos.

Richard-DawkinsStephen Hawking: Físico teórico y cosmólogo. Fue un investigador productivo hasta finales de los 70′. Si bien es considerado por muchos un físico a la altura de Einstein o incluso Newton, su trabajo más influyente no ha tenido un impacto relevante en la física. En las facultades no suele mencionarse el trabajo de Hawking, exceptuando algunas referencias informales a la radiación de Hawking y su teorema de singularidad desarrollado en colaboración con Roger Penrose. Actualmente se dedica a la difusión científica, no obstante, no todos están conformes con su labor como divulgador. Según el doctor en física Gustavo Romero, Hawking —lejos de ser un aporte a la masificación de la ciencia—  ha convertido la cosmología en un círco. Según dice Romero: «Hawking, yo creo, está haciendo un servicio muy flaco a la ciencia; de hecho yo creo que la está perjudicando. En 1982, por ejemplo, anunció el fin de la física teórica para fines de siglo XX en un marco de declaraciones ridículas que después nunca se cumplen, porque las hace sin fundamentos. Yo creo que la imagen que tiene que dar un científico es que nunca habla sin fundamento; es la esencia de la ciencia. O sea, basarse en la evidencia y en la razón y no simplemente en la especulación salvaje. Lo que hace Hawking es especulación salvaje». Las contribuciones del profesor Hawking a la ciencia son tan buenas como las de muchos otros físicos promedio, lo que no significa que sea un científico mediocre, pero tampoco uno de los genios más grandes de la historia, como muchos le consideran. Su indice H es de 23, por debajo de físicos como Steven Weinberg o Edward Witten, muy poco conocidos por el público general. Hay que reconocer que esta imagen idealizada de un genio cuya mente vaga por el cosmos, mientras su cuerpo está confinado a una silla de ruedas ha sido un elemento clave para la popularidad de Hawking, mucho más que su aporte a la ciencia.


kaku
Michio Kaku: 
Físico teórico, futurólogo y especialista en la teoría de campo de cuerdas. Aunque es uno de los pioneros en el modelo de cuerdas, su artículo más citado Properties of conformal supergravity (1978) solo consiguió 96 citas. Una publicación de perfil bajo, considerando que el paper más citado en el mismo campo The Large N Limit of Superconformal Field Theories and Supergravity (Juan Martín Maldacena) ha logrado más de 7.500 referencias. Actualmente se dedica a la difusión científica, aunque ha sido criticado y ridiculizado por su tendencia a exagerar algunas cosas acerca de la física. En el 2013 fue muy criticado después de una entrevista en el CBS Morning Show sobre la importancia del Boson de Higgs, dónde demostró muy poco conocimiento del tema, llegando a decir que el Boson de Higgs fue el causante del Big Bang. Su indice H es de 11.

tysonNeil deGrasse Tyson: Atrofísico, escritor y divulgador científico. Probablemente hace una muy buena labor como director del Planetario Hayden, pero no tiene un historial de publicaciones muy prolífico. Su último trabajo de investigación Optical light curves of the Type IA supernovae SN 1990N and 1991T  fue publicado en 1998. Su popularidad se incrementó al ser elegido como sucesor de Carl Sagan en la nueva versión de Cosmos; Cosmos: A Space-Time Odysseyla que fue todo un fenómeno mediático, aunque no estuvo exenta de críticas por sus imprecisiones científicas e históricas. Su indice H de 6 es el más bajo de la lista y probablemente uno de los más bajos entre todos los científicos divulgadores. NdGT es uno de los científicos mas mediáticos y es considerado un rock star de la astrofísica, pero su aporte al cuerpo de conocimientos científico es prácticamente nulo.

«Kim Kardashians» de la ciencia

La discrepancia entre la popularidad de algunos investigadores y la calidad de sus publicaciones es tan notoria que incluso existe un indice para medirla. Se trata del Indice Kardashian (en alusión a Kim Kardashian, “famosa por ser famosa”) propuesto —medio en broma y medio en serio— por Neil Hall, genetista de la Universidad de Liverpool.

Hall señala en Genome Biology; “Me preocupa que pueda existir fenómenos similares a los de Kim Kardashian en la comunidad científica. Creo que es posible que haya personas que son famosas por el hecho de ser famosas (o, para decirlo en jerga científica, famosos por ser famosos). Todos somos conscientes de que ciertas personas son invitadas como oradores principales, no por sus contribuciones a la literatura publicada, sino por ser quienes son. En la era de las redes sociales existen personas que tienen blogs científicos o cuentas de Twitter muy seguidas pero que han publicado poquísimos artículos de gran importancia. Estos científicos son considerados líderes de su campo simplemente por su propia notoriedad»

s13059-014-0424-0-1La fórmula compara el número de seguidores en las redes sociales de un investigador con el número de citaciones de sus trabajos científicos. En el gráfico de arriba, las X azules representan a los científicos masculinos presentes en Twitter y las X rojas a las femeninas. A mayor cantidad de seguidores y menor cantidad de citas en sus publicaciones, mayor riesgo de estar en «territorio Kardashian»

En los tres primeros puestos de personajes notorios a nivel social, pero poco reconocidos a nivel científico, según el indice propuesto por Hall, se encuentran Neil deGrasse Tyson, Brian Cox y Richard Dawkins.

Conclusión

De todo lo mencionado anteriormente podemos concluir un par de cosas. Primero, en efecto, dentro de la comunidad científica existen personajes que destacan más por su carisma o actividades extracurriculares, que por su contribución a la ciencia. Y segundo, la labor como divulgador de ciencia y el desempeño como científico, son dos cosas distintas, por lo que si un científico goza de mucha popularidad no significa que sea especialmente destacado en lo académico.

Es importante ajustar nuestras expectativas y tener una visión informada, objetiva y crítica del valor que le damos a determinadas figuras dentro de la comunidad científica. La razón es no caer en el culto a la personalidad y mantener siempre el conocimiento en el centro de lo que se divulga. Estoy seguro que si ellos son realmente consecuentes con el escepticismo y pensamiento crítico que defienden, estarían de acuerdo conmigo.

David Silva ValerioAutor: David Silva Valerio
Cientificista, acrofóbico, sicario de la CIA, adicto a los analgésicos y fan de Doraemon.